jueves, octubre 17, 2024

Uruguay se prepara para las primarias presidenciales en un clima de desinterés y desafíos

 

Uruguay enfrenta una campaña electoral atípica, donde la baja participación y la falta de entusiasmo desafían a los partidos a captar el interés de los votantes en un escenario político altamente competitivo. El próximo domingo, los uruguayos se dirigirán a las urnas para elegir a sus candidatos en las primarias, marcando el inicio de una campaña que culminará en las elecciones generales de octubre y, posiblemente, un balotaje en noviembre para determinar al sucesor de Luis Lacalle Pou.

Sin embargo, el ambiente electoral está lejos de ser fervoroso. Tanto los votantes de la coalición de derecha en el gobierno como los del opositor Frente Amplio muestran un marcado desinterés, eclipsando la usual pasión por la política que caracteriza a Uruguay.

Según Eduardo Bottinelli de la consultora Factum, varios factores contribuyen a esta falta de entusiasmo: el frío, tanto climático como electoral, y la coincidencia de las primarias con los partidos de la Copa América y el inicio de las vacaciones de invierno.

Adolfo Garcé, analista político, describió esta campaña como inusual para Uruguay, un país conocido por su alto interés y participación política. «Parece que la oferta de los partidos no está captando mucho interés», señaló Garcé.

En este contexto apático, los principales contendientes se preparan para las primarias. Álvaro Delgado, cercano a Lacalle Pou y exsecretario de la Presidencia, lidera cómodamente las encuestas dentro del Partido Nacional, mientras que en el Frente Amplio la competencia es más reñida entre Yamandú Orsi, exintendente de Canelones, y Carolina Cosse, actual intendenta de Montevideo.

Delgado se presenta como el candidato de la continuidad y la estabilidad, prometiendo mantener la coalición de gobierno liderada por el Partido Nacional. Por otro lado, Orsi cuenta con el respaldo de figuras como José Mujica, lo que fortalece su posición dentro del Frente Amplio.

Las elecciones de octubre representan una oportunidad tanto para la coalición de gobierno de mantener el poder como para el Frente Amplio de regresar al mismo después de un período de cinco años. La incertidumbre y la competitividad marcan el panorama político, donde cada voto podría ser decisivo en un eventual balotaje.

 

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