La crisis por la falta de agua potable continúa y una de las soluciones para paliar la problemática podría llegar desde Brasil y Argentina. El gobierno nacional que conduce Luis Lacalle Pou decidió instalar 11 kilómetros de tuberías para trasvasar agua y, de esa manera, acercar un bombeo de 200.000 metros cúbicos por día.
Para concretar el proyecto, las autoridades invirtieron cerca de 35 millones de dólares, según informó el sitio Actualidad RT. La cantidad de agua suministrada por esta iniciativa representa cerca del 40 por ciento de la demanda total de Montevideo y sus alrededores.
Cabe mencionar que es una problemática que sacude a la nación hace meses y el 19 de junio se declaró la «emergencia hídrica» para Montevideo y el área metropolitana.
Lo que se considera la peor sequía histórica del país, acercó los focos del plano internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una declaración en respuesta a un comunicado de la ONU, según el cual la «continua disminución de la calidad del agua» en Uruguay generó una situación «alarmante».
«El 60% de la población de Uruguay enfrenta un problema con el agua potable, cuya calidad ha disminuido llegando a niveles alarmantes de salinidad en su composición. Los niños y adolescentes, las mujeres embarazadas y las personas que padecen enfermedades crónicas, al igual que otros grupos vulnerables, son los más afectados», indicaba el comunicado de la ONU.
Se explicó en esa respuesta que «el incremento autorizado con el fin de asegurar el abastecimiento ha sido evaluado por las autoridades sanitarias y académicas; y se ha considerado que es posible que la gran mayoría de la población general, a excepción de algunos grupos especiales con mayor vulnerabilidad en el consumo excesivo de sal, pueden seguir consumiendo la misma».
También desmintieron que el gobierno recomendara “reducir el consumo humano de agua, sino su disminución en actividades no esenciales con el propósito de asegurar una mejor calidad de agua por un tiempo más prolongado».
Desde la gestión nacional hacen hincapié en que se ha mantenido la continuidad en el suministro de agua «sin la realización de cortes», lo que evita la posibilidad de contaminación biológica.