Desde el Gobierno nacional, el Presidente Luis Lacalle Pou, coincidió con el titular de la fiscalía general de la Nación, Juan Gómez, en que no negociarán con el narcotraficante Sebastián Marset los términos de su entrega.
Luego de las declaraciones públicas de ambos dirigentes, el propio Marset desistió de su intención de acordar su entrega y la de su familia a cambio de que le aseguren que no serían extraditados.
Por su parte, según informó el medio el Observador, Santiago Moratorio, representante de Marset en la causa, hizo saber a los fiscales que, si alguno reconsidera la propuesta, su defendido podría cambiar de opinión.
El abogado explicó que la intención era concretar una entrega en etapas, que tenía el objetivo de que sus familiares primero y él en última instancia comparecieran a Uruguay y evitaran ser detenidos en Paraguay, el único país en el que son requeridos por narcotráfico. Si los encuentran o son enviados a ese país, probablemente luego sean entregados a Estados Unidos, por la intervención directa de la DEA.
«El gobierno no negocia con narcotraficantes, eso está meridianamente claro, no debería ni decirlo. Y esperemos que la coordinación de las distintas policías sea efectiva para poder llevar a cabo lo que hay que hacer», fueron las palabras del mandatario que desencadenaron en la reacción del delincuente.